TARARIQUETECRIS

No olvides agitar tu varita que hay un mundo que crear

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No olvides agitar tu varita que hay un mundo que crear

Museos para niños. Si piensas que ir a un museo con niños pequeños es un muermo, sigue leyendo…

El viernes pasado te proponía que tu hijo se convirtiese en un pintor. Bueno, pues hoy quiero proponerte que visites con él un museo.

Si sólo paseas por la sala, puede ser un poco rollo para el niño pero te voy a contar algo que hacía yo cuando mis hijos eran pequeños que funcionaba muy bien.

Preparar la visita

Como siempre, dependiendo de la edad del niño puedes hacer cosas más complejas o menos, pero no subestimes a los pequeños 😉

  • En casa puedes contarle lo que es un pintor y lo que hace.
  • Podéis ver algún libro relacionado con el tema
  • Buscar algún pintor en internet y mirar alguna de sus obras.
  • Puedes preguntarle si quiere visitar un museo que es un sitio donde están colgados los cuadros para que todo el mundo los pueda ver.
  • Explícale cómo hay que comportarse en un museo.

 

Los museos tienen unas normas

Igual que las bibliotecas, los museos tienen una serie de normas que hay que cumplir como por ejemplo no hablar fuerte o no correr. Ésto hace pensar que no es un espacio muy apto para niños, ya que ellos necesitan moverse, jugar… así que no puedes pretender estar todo el día allí metido y que el niño aguante estoicamente, porque lo más seguro es que no salga bien.

Normalmente cuando entras a un museo te encuentras a mayores mirando. Paseando despacio y mirando. Observando. Se respira un ambiente serio y más bien silencioso.

 

Entonces, ¿cómo hacer que la visita sea divertida para el niño?

Cuando mis hijos tenían 6 y 4 años aproximadamente, estaban enganchadísimos con el tema de pintar. Se pasaban todo el día dibujando en casa y les había comprado un block de dibujo con el que estaban encantados. Se lo querían llevar a todos sitios junto con un estuche de pinturas plegable que ocupaba poco espacio y… ¡allá que iban ellos con su kit a todas partes!

Una tarde de sábado en la que estábamos esperando a que su padre saliese de trabajar en el centro de Madrid, vi que el Museo del Prado estaba abierto y era gratuito entrar, así que se me ocurrió pasar con ellos un ratito a ver qué tal.

Les conté que íbamos a ver cuadros de pintores, que no se podía correr, que era parecido a cuando íbamos a la biblioteca y aceptaron la propuesta.

Cuando estábamos dentro alucinaron, ¡qué cuadros tan grandes! ¡qué raro está vestido ese señor! ¡mira qué caballo tan grande!

Se interesaban por todo y les gustaban los cuadros que menos me imaginé yo que les iban a gustar.

En un momento dado, me di cuenta de que llevaba en la mochila sus blocks de dibujo y sus pequeños estuches y les pregunté si les apetecía hacer de pintores y sin dudar ni un momento me dijeron que si. Así que nos pusimos en la esquina de una sala que no estaba muy transitada y sentados en el suelo se pusieron a realizar su versión del cuadro que les había gustado.

Fue una experiencia preciosa y lo disfrutaron muchísimo (ni que decir tiene que los japoneses estaban bastante alucinados 🙂 Les debía resultar muy gracioso ver a dos niños pintando en el suelo)

Cuando llegó la hora de irnos no se querían marchar y quedamos en que otro día iríamos a otro museo.

Así que preparé una visita al Reina Sofía, donde les llevé a ver algunos cuadros de Miró que es uno de los artistas que más les llega a los niños (supongo que entre otras cosas por cómo utiliza los colores). Cuando el pequeño estaba en plena creación, se le acercó un señor, se agachó y le dijo: “tu dibujo está mal, ¿ves que hay cuatro puntos y el tuyo sólo tiene tres? yo no daba crédito a lo que estaba escuchando y ya le iba a soltar algo, cuando mi hijo le miró y le dijo con mucha seguridad “¡si quiero, quiero!” (que era una frase que solía utilizar cuando se encontraba en situaciones de ese estilo) dando por zanjado el asunto. El señor se marchó mirándole con cara de “qué niño más maleducado” y yo me quedé sonriendo por cómo había resuelto la situación y pensando en cómo invalidamos a veces a los niños.

Aquí os dejo unas fotos de aquel día que he rescatado del baúl de los recuerdos (sólo han aparecido los dibujos del mayor)

museos para niños

“El Duque de Lerma” de Velázquez por Bruno

museos para niños

“La danza de las amapolas” de Miró por Bruno

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“Pájaro en el espacio” de Miró por Bruno

Si te apetece, puedes dejarme en los comentarios tu experiencia 😉

 

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