Hoy vamos a hablar de los juicios de valor. ¿Alguna vez te han puesto una etiqueta? Si vives en este planeta estoy segura de que si y estarás de acuerdo conmigo en que condicionan y no son nada agradables.
Vivimos en un mundo en el que constantemente nos ponemos etiquetas unos a otros y esto condiciona un montón nuestro comportamiento. Hoy quiero hablar sobre cómo afecta esto a los más pequeños.
A veces son frases hechas que soltamos casi sin darnos cuenta, otras veces hablando con otros adultos hacemos bromas sobre nuestros hijos…
Que conste en acta que esto lo hemos hecho todos más de una vez y el que diga que no que me lo diga y pasará a ser mi super héroe.
Lo que trato de decir, es que comprendiendo cómo esto puede afectar a nuestros hijos, podemos ser más conscientes y cambiarlo en la medida de lo posible.
Si piensas en un niño bueno seguro que piensas en un niño que se mueve poco, que no llora, que come genial, que duerme del tirón…
Y uno malo es ese que no para quieto, que llora, que duerme mal, que no come bien, que pega a otros niños…
A veces los niños se comportan de cierta forma porque los ambientes no respetan sus necesidades.
Por ejemplo un niño hasta los tres años tiene una gran necesidad de movimiento. Tiene que explorar su entorno, subir bajar, trepar e ir de una lado a otro para poder aprender cómo es el mundo que le rodea.
No es malo, ni hiperactivo, tiene inquietudes pero para el adulto puede llegar a ser agotador y puede preferir (con toda la razón del mundo) a uno que sea más tranquilo y no tenga tanto afán de investigarlo todo.
Unas veces pega, grita, muerde o llora porque no sabe cómo resolver ese problema que tiene y no tiene por qué ser un llorón o un pegón.
Otras se mueve torpemente o se cae no porque sea un torpe sino porque todavía no tiene suficiente control de su cuerpo y el hecho de que le digamos lo torpe que es no le ayuda nada.
¿Cómo le afectan las etiquetas o juicios de valor?
Provocan confusión
Este tipo de etiquetas tan generales provocan confusión porque para cada uno ser bueno o malo puede significar una cosa diferente y el niño puede no saber qué se espera de él cuando se le dice que sea bueno o que se porte bien o pensar que debe estar sentado en un lugar sin moverse, sin correr, sin saltar… para “ser bueno”.
Es mucho mejor decirle cosas concretas que pueda corregir o tener en cuenta.
Pueden hacer que el niño adopte ese rol
En algunos casos los niños reciben una misma etiqueta por parte de los padres, los maestros, los niños del cole… y terminan siendo torpes, malos o lo que sea que diga su etiqueta porque se lo creen.
Al fin y al cabo asumen el rol, es lo que perciben que se espera de ellos.
Te voy a contar una historia personal que cambió mi punto de vista sobre este tema:
Hace unos cuantos años haciendo una actividad con niños de 5 años, uno de ellos se levantó y de repente le pegó un empujón a otro. Inmediatamente una niña vino a decirme que era muy malo y que siempre le castigaban por ello en el cole.
Yo me puse seria con él y le dije que no podía hacer eso porque había hecho daño al otro niño y volvimos a la actividad pero a los cinco minutos volvió a hacer lo mismo con otro niño y le saqué del aula para hablar con él.
Le pregunté que quién le había dicho que él era malo y su respuesta fue: “mi padre, mi madre y mi abuelo”. Entonces le pregunté si los niños querían jugar con él cuando les pegaba y me dijo que no y que si querían jugar con él cuando les trataba bien y me dijo que si.
Entonces le dije: bueno, mira a ver si quieres tener o no amigos que jueguen contigo. Depende de ti. Tú decides. Y volvimos al aula.
Recuerdo que me miró con cara de sorpresa. Creo que esperaba una bronca, que le dijese lo malo que era…
Además de no tener ningún problema más ese día, cada viernes cuando venía decía que se quería venir conmigo.
Después me enteré que los padres estaban separándose, la profe me confirmó lo malo que era, etc, etc, etc.
Igual era su forma de llamar la atención, igual sentía que tenía que comportarse así porque era su papel.
No lo sé pero creo que el hecho de que él mirase por si mismo lo que implicaba una y otra cosa y le diese la responsabilidad de que independientemente de lo que la gente opinase él podía decidir cómo quería que fuese le ayudó.
¿Cómo podemos actuar los adultos entonces?
Intenta verlo desde su punto de vista y comprender por qué se comporta así
La mayoría de las veces basta con esto para dejar de usar esa etiqueta y ayudarle a resolver la situación.
Si es un mal comportamiento, no generalices y explícale lo que ha hecho mal
Yo creo que la mayoría de las personas somos buenas por naturaleza. para que como adultos entendamos lo que pasa y le ayudemos a resolverlo.
Cuando el niño tenga un comportamiento que no sea adecuado en lugar de dicirle que ha sido malo, puedes explicarle qué es lo que ha hecho mal y si puedes decirle por qué mejor que mejor.
Tranquilízale y no lo hagas muy grande
Seguramente el niño se sienta mal con eso que ha hecho. Muchas veces los comportamientos son porque no controlan su cuerpo o las emociones y son más impulsivos que nosotros. Puedes explicarle que todos hacemos a veces cosas mal pero que no por eso somos malos.
No hace falta estar recordándole todo el tiempo aquello que ha hecho mal, funciona mucho mejor validar las cosas que hace bien y los buenos comportamientos ¡pruébalo, funciona!
Dale la opción de que lo repare
Podemos ver con el niño qué es lo que ha hecho mal y ayudarle a encontrar la forma en la que él siente que puede repararlo. Esto le hará sentir aliviado igual que los mayores también nos sentimos mejor cuando reparamos aquello que sabemos que hemos hecho mal.
A veces es difícil no caer en las etiquetas pero seguro que podemos hacer que sean menos 😉
¿Y tú qué opinas? Nos vemos en los comentarios o si lo prefieres envíame un correo electrónico.
Me ha encantado tu post. Lo suscribo al 100%
Pero al leer esta frase: “Podemos ver con el niño qué es lo que ha hecho mal y ayudarle a encontrar la forma en la que él siente que puede repararlo.” No he podido evitar imaginarme a un niño que ha pegado o mordido a otro y la mamá, la profe o quien sea diciéndole que eso está mal y… ¡¡¡le obliga a darle un beso!!!
Creo que ya has escrito al respecto pero ¿podrías matizar este punto?
¡Hola Iñaki! Entiendo lo que dices. Es una de esas situaciones horrorosas para los niños (para el que muerde y para el mordido), para las madres (la del que muerde y la del mordido) y para la profe.
Generalmente lo de los mordiscos es porque el niño no tiene todavía herramientas para solucionar el conflicto que está teniendo con el otro. Pero genera un problema y una tensión… increibles.
Cuando me he visto en ese caso como profe he atacado la situación por varios flancos:
1.- Hablando con el niño que muerde explicándole que eso no está bien porque hace daño al otro.
2.- Teniéndole muy controlado para que no muerda porque en cuanto te despistas sucede y no te da tiempo ni a reaccionar.
3.- Ayudándole cuando veía que se enfadaba con otro niño… a solucionar lo que fuese de otra manera antes de que llegara al mordisco.
4.- Hablando con las dos mamás para que comprendiesen lo que estaba pasando y cómo podían ayudar desde casa.
En el caso de obligar a dar un beso, como siempre, creo que los besos, los abrazos… la afinidad en general es algo que no se debe imponer. Ni darla, ni recibirla ¿no crees?
Gracias por pasar por aquí y comentar.
Me encanta el post como siempre. Yo me doy cuenta de todas las etiquetas que le pongo a mi hijo, aunque evito las de malo, bueno, etc… Pero siempre que le llamo por un apelativo, él siempre me dice que no le llame eso. Lo cual me tranquiliza. Gracias de nuevo por el post.
¡Hola Arancha!
Es genial que tu hijo te diga eso. Quiere decir que lo detecta y es fantástico que se rebele y te lo haga saber.
Como te decía hay algunas etiquetas que están tan arraigadas y normalizadas que a veces las utilizamos sin querer. Especialmente las que son “buenas” porque a veces pensamos que las etiquetas sólo fastidian cuando insultan o hacen de menos.
Yo misma me he metido a veces en problemas por tener que ser “buena” con todo el mundo y no protestar por lo que me parecía injusto y cosas así.
Todos metemos la pata varias veces al día. Es lo que tiene estar ahí al pie del cañón ¿no? Los que no lo están seguro que no se equivocan 😉
Lo importante es darse cuenta y hacer algo para mejorar.
Gracias por tu comentario.