TARARIQUETECRIS

No olvides agitar tu varita que hay un mundo que crear

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No olvides agitar tu varita que hay un mundo que crear

La semana pasada tuve la oportunidad de impartir un taller sobre psicomotricidad a un grupo de 10 profesionales en la escuela infantil Pingüinos en Las Rozas, Madrid.

Taller psicomotricidad

Me encanta hacer este tipo de formaciones porque me permiten conocer de primera mano cuáles son las dudas y dificultades que surgen en el aula y aportar mi granito de arena para que estas personas puedan realizar su trabajo con mayor seguridad.

Llevo desde el año 1992 (que se dice pronto) trabajando con niños y en todo este tiempo he podido aprender mucho sobre psicomotricidad de la mano de todos ellos.

La teoría está muy bien, los cuadros de desarrollo, las etapas… pero lo que más me ha ayudado es observar a muchísimos niños en diferentes ámbitos (en casa, en el parque, en la piscina…) y ver cómo ellos poco a poco van controlando mejor su cuerpo y eso les va llevando a tener una mejor relación con el mundo que les rodea. Y eso al fin y al cabo es el desarrollo.

 

¿Qué es eso de psicomotricidad?

Pues psicomotricidad es la propuesta que hacemos para fomentar el desarrollo del niño. Aquí te dejo el enlace con un post que escribió Iñaki hace algún tiempo y que explica de una manera muy sencilla en qué consiste el desarrollo psicomotor del niño.

Cuando el niño nace no controla su cuerpo y sus posibilidades de comunicarse con su entorno son muy reducidas.

Es increible cómo en el primer año de vida pasan de sujetar su cabecita a duras penas a prácticamente caminar (hay algunos que al año ya caminan con soltura).

Es maravilloso observar cómo se van produciendo pequeños avances. Pequeños logros que parecen insignificantes y que repetidos van constituyendo la base de un desarrollo fuerte.

En las tablas de desarrollo aparecen los grandes hitos, esos a los que les damos importancia como voltear, sentarse, caminar… pero entre medias y para llegar a ellos hay otros igual o más importantes que hacen que el niño se sienta seguro y se atreva a continuar.

Cuando imparto charlas y talleres de psicomotricidad tanto a profesionales como a padres me gusta recalcar esto porque me parece muy importante.

De unos años para acá me encuentro con muchos padres que me preguntan en las charlas si deben sentar al niño, si es bueno ponerle de pie cuando el niño se lo pide, si es bueno o no ayudarles a caminar de las manos…

 

No tengas prisa

A veces tenemos prisa porque el niño se siente o se ponga de pie y sin querer aceleramos el proceso cuando es muy importante que el niño afiance cada paso dándole mayor seguridad para abordar el siguiente paso.

Mira que frase más bonita me encontré en un colegio al que fui a dar un taller

“La mayor parte de los fracasos nos vienen por querer adelantar la hora de los éxitos” Amado Nervo

 

Se aprende mejor experimentando

Algo que me gusta mucho hacer en estos talleres es poner a los padres o a los profes a hacer de niños para que puedan experimentar en su cuerpo qué tienen que hacer para voltear, para sentarse, para ponerse a cuatro patas… de esa forma y por sentido común se dan cuenta de muchas cosas.

Por ejemplo para que un niño llegue a mantenerse sentando tiene que fortalecer la espalda y tiene que tener (entre otras cosas) equilibrio ¿no?

Cómo crees que lo conseguirá mejor, experimentando en el suelo dando vueltras sobre su tripita, estirándose para alcanzar juguetes, volteándose de boca arriba a boca abajo y vicersa… o estando sentado rodeado de almohadones que le “enseñen” a sentarse.

Exacto, la primera opción es la correcta.

 

A veces queremos ir al resultado y no nos damos cuenta de que el aprendizaje está en el proceso.

Es alucinante observar a los niños cuando tienen espacio para moverse. Cuando no les tenemos sentados en hamaquitas que les impiden explorar sus posibilidades de movimiento y el espacio que tienen alrededor.

Por eso es tan importante que demos a los niños espacios ricos en estímulos y para eso no necesitamos muchos juguetes, muy complejos ni muy caros. Se trata de que tengan la posibilidad de moverse, girar, estirarse, reptar…

Porque de esa sencilla manera además de fortalecer su musculatura están fortaleciendo su autoestima, además de mejorar su equilibrio mejoran la confianza en si mismos, porque aprenden estrategias y herramientas para resolver problemas, porque están siendo autónomos y al fin y al cabo de eso va la vida ¿no? De experimentar, de atreverse, de probar y equivocarse, de vivirla.

 

Creo que por eso disfruto tanto impartiendo estas charlas y talleres a padres y educadores.

  • Porque me gusta transmitir la idea de que el desarrollo psicomotor no es sólo una sucesión de hitos encasillados en un cuadro con edades a las que deberían producirse.

  • Me gusta enseñar cómo podemos generar un entorno en el que el niño puede vivir de una forma plena ese desarrollo.

  • Me gusta hacer desaparecer la confusión, las dudas y ver cómo aparece la seguridad y la confianza en las caras de los papás.

  • Y me gusta hacer todo de una manera práctica donde ellos puedan experimentar con su propio cuerpo y de esa manera llegar a entender mejor a sus hijos y sus alumnos.

 

Aquí tienes un enlace con las diferentes charlas que realizo. Puedes contactar conmigo si quieres que te ayude con algún tema concreto.

Y si tienes un centro y quieres organizar una charlita de este tipo para los educadores o para los padres podemos organizarla de manera que se ajuste a lo que quieras transmitirles preparándola a la medida. Colaboro con una empresa y podemos hacer la formación con la Tripartita.

 

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